n el sistema ferroviario, un
enclavamiento es una instalación de seguridad que permite
controlar a distancia el movimiento de entrada y salida de los
trenes en estaciones de tráfico muy denso y con varias vías de
acceso. El principio bajo el que se diseña un enclavamiento es
el de permitir el mayor número de movimientos de trenes en la
estación de modo simultáneo sin que sean incompatibles. Esto es,
no pueden entrar a la misma vía dos trenes o no pueden transitar
por la misma aguja dos locomotoras en el mismo momento. Esto
quedaba garantizado mediante un complejo sistema de llaves y
cerraduras que impedían la apertura y cierre de señales para
maniobras incompatibles. Se conoce como sistema Bouré y está
diseñado de tal forma que al hacer un itinerario sólo se liberan
las llaves de los aparatos y palancas que correspondan a ese
itinerario, siempre y cuando no sea incompatible con otro
movimiento ya programado.
A este sistema complejo de gobernanza de la circulación de
los trenes, que es la antesala de la informatización actual de
los puestos de mando, se llegó en un lento proceso de
modernización, ya que en un primer momento todos los movimientos
de agujas y señales que se hacían en las estaciones no tenían
garantizada la seguridad y todo se dejaba en manos de la
habilidad del jefe de estación que daba las órdenes oportunas
según la demanda de tráfico.
Enclavamiento hidráulico de Algodor en su ubicación actual
en el Museo del Ferrocarril
El enclavamiento hidráulico de Algodor se construyó en 1929 por la
empresa Bianchi-Servettaz italiana, siendo instalado por el servicio
de Vía y Obras de la compañía MZA, que ya había realizado
instalaciones similares en estaciones como Madrid-Atocha, Villaverde
Bajo, Alcázar de San Juan, Sevilla-Plaza de Armas, Chinchilla,
Albacete y Arcos de Jalón. El primero de ellos fue el de Villaverde
Bajo, que se instaló en 1891. Este enclavamiento de Algodor fue
retirado del servicio en el año 2000 cuando se sustituyó por uno
electrónico, tras cerca de 70 años de servicio casi ininterrumpido,
pues comenzó a funcionar en 1932 y sólo cesó entre 1936 y 1941 por
la Guerra Civil.
Tiene 110 palancas, de las que 70 son para mover señales y 40 para
cambios de aguja. En la estación había dos puentes de señales. El
que tenemos aquí delante es parte de uno de ellos, otra parte se
puede visitar en el Museo del Tren de Arganda del Rey, mientras que
el otro puente completo se encuentra en Algodor. Para manejar toda
la instalación, contaba con 15 km de tuberías distribuidas por toda
la estación. Además de las señales que vemos en el puente, también
había otras repartidas por la estación, como las señales avanzadas,
las de entrada y los discos de maniobras.
El enclavamiento que vemos en Delicias procede de la estación de
Algodor, que es donde se cruzaban las líneas Madrid-Ciudad Real y
Madrid (Castillejo)-Toledo. Estas líneas están hoy clausuradas
porque su traza se utilizó para las líneas AVE Madrid-Sevilla y
Madrid-Toledo. La estación continúa en servicio dado que es el
acceso, por vía convencional, a los talleres de AVE de La Sagra. El
edificio que aloja el enclavamiento es una réplica del original que
se encuentra en la estación de Algodor y sus dimensiones son 7,28
metros de alto, incluyendo el semisótano, 2,55 metros de ancho y
13,10 metros de largo.