Factor crucial en el desarrollo de la zona
a entrada en servicio de la
estación de Madrid-Delicias en 1880 favoreció el inicio de un
proceso de urbanización de los terrenos más próximos al nuevo
recinto ferroviario, así como el asentamiento de industrias y
almacenes en sus aledaños. A comienzos del s. XX empieza a
configurarse la ocupación urbana sobre aquellos terrenos no
afectados por el uso ferroviario.
Al iniciarse la década de 1930, gran parte de las fincas
situadas en las vías urbanas que confluían en el paseo de las
Delicias y la calle del Ferrocarril se encontraban prácticamente
ocupadas por edificios de uso residencial. En cambio, los
terrenos más próximos tanto al ferrocarril de circunvalación
como al propio recinto ferroviario de Delicias serían demandados
por firmas comerciales y empresas, para la instalación de
factorías y almacenes, alentadas por la proximidad a la línea
ferroviaria y el uso de la misma para el transporte de
mercancías y materias primas. Buena parte de esos terrenos
serían vendidos por las mismas compañías ferroviarias al
declararlos innecesarios para el uso ferroviario.
La dotación de infraestructuras ferroviarias en el barrio de Las
Delicias, impulsó también la construcción en sus proximidades de
instalaciones industriales de gran entidad para el
abastecimiento de Madrid. Conectados por un ramal de enlace
desde Madrid-Delicias, se encontraban el Matadero y Mercado de
Ganados y el Mercado Central de Frutas y Verduras, al cual
estaba adosada la estación de Madrid-Mercados.
El período de mayor ocupación de suelo industrial en los alrededores de Madrid-Delicias fue en los primeros años de la década de 1950. El cierre del servicio de viajeros en 1969 coincidió con el inicio del paulatino proceso de desindustrialización, que se vería concluido por la puesta en marcha del plan urbanístico conocido como “Pasillo Verde Ferroviario”, desarrollado en la década de 1990.