Un gran acontecimiento en Madrid
a tarde del 30 de marzo de
1880, los reyes Alfonso XII y Mª Cristina inauguraban
oficialmente la estación. La prensa madrileña y revistas
especializadas como El Globo. Diario Ilustrado, La Ilustración
Española y Americana, El Conservador, Revista de Obras Públicas,
etc. se hicieron eco del evento.
El paseo de las Delicias ofrecía un magnífico efecto adornado
para la ocasión con mástiles, banderas y escudos. A derecha e
izquierda del camino en pendiente que conducía desde el paseo al
edificio principal, se situaban en formación las fuerzas
militares de ingenieros, infantería y guardia civiles, mientras
accedían los carruajes con los invitados para asistir al
acontecimiento. La multitud que no disponía de invitación se
agolpaba en los alrededores y los que si tenían entraban al
edificio.
Al solemne acto asistió el Gobierno, las autoridades de Madrid y
personas distinguidas, y una vez dentro tomaron asiento en los
sillones colocados al efecto en los andenes. La ceremonia
comenzó con un breve discurso del presidente del Consejo de
Administración de la compañía, recordando que “se inaugura la
estación definitiva, primera de las de la corte”. A lo que el
rey jubiloso, le respondió con otro elocuente discurso de
admiración por la obra acabada, notorio testimonio del trabajo,
la ciencia, el progreso y la prosperidad.
A continuación, los asistentes presenciaron el hermoso
espectáculo de ver entrar simultáneamente cinco trenes -expreso,
mixto, correo, balasto y mercancías- por las vías de la nave
central. Sus locomotoras, engalanadas con banderas y trofeos,
silbaban y arrojaban blancas columnas de humo, momento en que la
banda de ingenieros tocó una pieza musical. Seguidamente, los
reyes e invitados visitaron las principales dependencias. Por
último, la compañía ferroviaria obsequió a las mujeres con
elegantes buqués de flores y a toda la concurrencia con un
espléndido bufé en uno de los salones.
Crónica del acto de inauguración según la publicación La Ilustración Española y Americana. 1880