RENFE
Durante sus primeros años de existencia, Renfe adoptó las
estructuras organizativas de las antiguas compañías. La División
de Personal y Asistencia Social era heredada de la estructura de
MZA. El servicio médico de asistencia social tenía como objetivo
el socorro y cuidado del personal y sus familias, pero, ante
todo, tenía una función de medicina preventiva. En 1944 el
servicio contaba en Madrid con dos dispensarios donde se
atendían las consultas de medicina preventiva. Se estructuraba
en varias ramas: higiene infantil, higiene prenatal, higiene
antituberculosis e higiene antivenérea. La labor preventiva era
desarrollada por las enfermeras visitadoras, que emitían
diagnósticos precoces de muchas enfermedades.
En 1947 Renfe reorganizó su Departamento de Personal y
Asistencia Social, que tomó competencias sobre las siguientes
cuestiones: personal, formación profesional, seguro de
enfermedad, asistencia social y sanitaria. Por lo tanto, el
departamento que, a partir de este momento, se encargaría de los
temas sanitarios sería el Servicio de Asistencia Social y
Sanitaria.
El Servicio de Asistencia Social tenía a su cargo las
instituciones de ayuda o auxilio al personal con dos grupos de
cuestiones: instrucción y educación; y salud y beneficencia. En
el primero se hallaban adscritas las escuelas primarias y las
profesionales, y en el segundo los dispensarios, visitas
domiciliarias, estancias en hospitales, casas de salud, etc.
Este último servicio pasó a denominarse Servicio Asistencial de
Medicina Preventiva.
El Servicio Sanitario tenía como funciones el reconocimiento de
los agentes para su ingreso en la empresa, las visitas
domiciliarias durante las bajas por enfermedad, la asistencia a
los accidentados en el trabajo y a los viajeros en caso de
accidente, reposición de botiquines y material de cura en trenes
y dispensarios, establecimiento de estadísticas, lucha contra el
paludismo, prácticas de desinfección y desinsectación del
material rodante y de los locales. Como en las antiguas
compañías el servicio estaba dividido en secciones médicas para
poder abarcar toda la organización.
Se estableció una rama higiénica cuyas labores eran la
desinfección y desinsectación del material, las instalaciones y
las aguas, la lucha antipalúdica, que hasta los años sesenta fue
una lacra para el personal ferroviario. Se ocupaba de las
cuestiones relativas a seguridad e higiene en el trabajo y, en
este sentido, llevaba a cabo campañas de lucha contra accidentes
laborales, así como se ocupaba de la gestión de altas y bajas.
La rama clínica era la encargada de la atención en los
dispensarios, hospitales y sanatorios de la empresa, es decir,
toda la atención clínica y profiláctica de los empleados y los
reconocimientos médicos.
El organigrama de la empresa ha sufrido diversas modificaciones
a lo largo de sus 80 años de existencia. Por señalar algunos, en
1973 la estructura operativa de Renfe establecía una Dirección
Social de la que dependía la jefatura de acción social y de ella
la Unidad de Organización Sanitaria.
En 1992 los temas médicos dependían de la Gerencia de Salud
Laboral, en la Dirección General Adjunta de Recursos Humanos. El
objetivo de esta gerencia era planificar y gestionar los órganos
de salud laboral, en los límites que estableciera la política
sanitaria aprobada. Para esta gestión se establecían tres
jefaturas una de condiciones de trabajo, una de planificación y
control, una de medicina asistencial y una de medicina del
trabajo. La primera jefatura se ocupaba de los asuntos
relacionados con la seguridad y riesgos laborales y con
cuestiones de higiene industrial y formación y estudios.
Las jefaturas más relacionadas con la salud y la atención médica
eran las de medicina asistencial, que contaba con un cuadro de
médicos, rehabilitadores y fisioterapeutas. Y el de medicina del
trabajo, más enfocado a temas de psicología laboral, psicotecnia
y atención a la drogodependencia.
Entre 1998 y 2002 la gestión de los temas de salud está a cargo
de la Dirección de Servicios Médicos en la que se establecían
tres jefaturas, medicina del trabajo, inspección médica y
medicina preventiva, y, por último, medicina asistencial.
En líneas generales las actuaciones de la Dirección están
enmarcadas por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales
atendiendo a cuatro cuestiones, seguridad del trabajo, higiene
industrial, ergonomía y psicología aplicada y servicios médicos
de empresa.
Las funciones atribuidas a esta organización consisten en la
gestión de los reconocimientos médicos, tanto los previos al
ingreso, como los periódicos y estipulados por la normativa y
los especiales atribuidos según el puesto de trabajo. La
atención a los accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales, con la gestión de altas y bajas. La atención
clínica a demanda del personal.
En cuanto a la medicina preventiva se establecen campañas según
las enfermedades comunes, antigripal, hepatitis, cáncer de
próstata y de mama, riesgos cardiovasculares o el plan de acción
contra la drogodependencia y el alcoholismo.
Las labores de salubridad e inspección se centran en la
inspección de la restauración y el control de aguas y el control
de los botiquines. Finalmente, hay una atención especial a la
formación del personal, especialmente en primeros auxilios y en
la formación del propio personal sanitario, que, además de
llevar a cabo labores de formación, participa en foros
nacionales e internacionales y lleva a cabo programas de
investigación.
En conclusión, la regulación y gestión los servicios sanitarios fue un tema que preocupó a las empresas ferroviarias desde sus orígenes hasta la actualidad. Todas las compañías a partir de 1860 organizan en sus estructuras, y siempre dependiendo de la dirección de personal o recursos humanos, un cuadro técnico y profesional dedicado a la salud y la medicina. Cambian los nombres, se actualizan los recursos, varían los temas sanitarios, los tipos de enfermedades, los puestos de trabajo y la legislación, pero el objetivo y las funciones de los servicios médicos ferroviarios son muy similares a lo largo del tiempo.