Portefeuille de l’ingenieur des chemins de fer
Portefeuille de l’ingenieur des chemins de fer
Par MM. Auguste Perdonnet et Camille Polonceau. — Paris: Librairie Scientifique, 1843-1846. — 4 V. (640, 180, 307, 144 p. ): lám.; 22 cm
BF-MFM (Biblioteca Ferroviaria. Museo del Ferrocarril de Madrid)
Signatura IIIB 0994
Con el desarrollo de los primeros ferrocarriles europeos los ingenieros encargados de su diseño y construcción fueron conformando el cuerpo teórico de la ingeniería ferroviaria. Los primeros manuales técnicos sobre la materia se escribieron en Inglaterra y Francia, y fueron los ingenieros de ambos países los que tejieron los mimbres para las escuelas y los ingenieros de otras naciones.
La Biblioteca Ferroviaria muestra un ejemplar del primer manual de ferrocarriles escrito en francés. Sus autores, Auguste Perdonnet y Camille Polonceau, fueron ingenieros y profesores de la Escuela Politécnica de París.
Como indican en su obra fueron los primeros ingenieros que introdujeron la industria de los ferrocarriles en Francia. Cuando se publicó este libro en 1846 no existía ninguna otra obra sobre la materia y ambos decidieron plasmar por escrito sus primeras experiencias, que servirían de modelo a otros colegas.
La publicación no es un manual al uso y así lo entendieron sus autores, que titularon su obra como “portafolio”, por ser una recopilación de textos, dibujos, notas y documentos reunidos con la finalidad expresa de servir de herramienta para el diseño de líneas ferroviarias.
Los tomos primero y segundo se dedican a la parte más teórica de la materia, apoyándose en las experiencias aportadas por los ingenieros que trabajaron en los primeros ferrocarriles belgas y franceses. Por esta razón, la obra constituye un estudio histórico sobre el inicio de los ferrocarriles en ambos países y también es un documento histórico sobre la labor que realizaron los artífices de los primeros ferrocarriles. La información técnica y económica que aporta el documento es importante, pero sin duda llama la atención su volumen cuarto, que, con el subtítulo de “atlas”, recoge 144 litografías de una factura impecable en las que se ofrecen imágenes de los principales elementos que constituyen un ferrocarril, desde los raíles y los cambios de vía hasta los diferentes modelos de coches, las placas giratorias o los diferentes edificios de las estaciones. Las imágenes que se incluyen son vistas generales y detalladas, en unos dibujos que tienen un interés técnico, pero también artístico. Cada lámina cuenta con una explicación detallada, que se incluye como anexo en el tomo tercero de la obra.
Sin duda, los autores consiguieron su objetivo: que su obra sirviera de guía para los ingenieros del ramo.
Así lo demuestra el ejemplar que posee la Biblioteca Ferroviaria, que incluye una anotación manuscrita en la que se indica: “cedido a esta biblioteca por el inspector Subercase”. Aunque la obra no fuera contemporánea del Informe Subercase de 1844, con seguridad fue una obra de consulta para el establecimiento de los primeros ferrocarriles en nuestro país. El libro fue cedido a la biblioteca de la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos, posteriormente formó parte de la colección de la Biblioteca del Consejo de Obras Públicas, que, finalmente, lo donó a la Biblioteca Ferroviaria hace unos años.
El libro tuvo dos ediciones posteriores, una de 1861 y otra de 1866, que aparecieron con el título Nouveau portefeuille de l’ingenieur des chemins de fer. En ambas, que también se conservan en la colección histórica de la Biblioteca Ferroviaria del Museo del Ferrocarril de Madrid, se incluyeron nuevas aportaciones teóricas.