Anales de la construcción y de la industria
Anales de la construcción y de la industria: Periódico artístico, científico y comercial. — 1876-1890. — Madrid : Imp. T. Fortanet
BF-MFM (Biblioteca Ferroviaria. Museo del Ferrocarril de Madrid). Comprende: 1876-1878; 1881-1882; 1884; 1885; 1888; 1889
Signatura P 278
El 10 de abril de 1876 salió a la luz el primer número de la revista Anales de la Construcción y de la Industria. Periódico científico, artístico y comercial. Fue uno de los principales títulos de revistas científicas y técnicas de la España decimonónica, un medio a través del cual los ingenieros y técnicos de la época difundieron los adelantos relativos a las artes de la construcción y de la industria, especialmente de aquellos aplicados a las obras públicas. El desarrollo de las revistas técnicas a partir de la segunda mitad del siglo XIX estuvo ligado a una nueva concepción de la economía y de la sociedad, en la cual el desarrollo tecnológico e industrial constituyó un vehículo para la modernización del país y una medida del progreso.
La idea de progreso y de difusión del conocimiento fue la que animó al fundador de la revista, Eduardo Saavedra, y sus colaboradores, destacados profesionales e ingenieros de caminos, de minas y arquitectos. La diversidad en la formación de los autores se refleja también en la variedad de los asuntos tratados en sus páginas.
Durante quince años, hasta el 24 de diciembre de 1890, la publicación salió puntualmente cada quince días, con un cuadernillo de dieciséis páginas a dos columnas. Las primeras páginas se dedicaban a los artículos de mayor longitud firmados por los expertos, a continuación se introducían los artículos de menor contenido y en ocasiones algunos resúmenes y traducciones de artículos en otros idiomas.
Otra de las secciones fijas era la de “Noticias”, en la que se daba cuenta de los últimos avances y descubrimientos, así como de los principales acontecimientos y eventos profesionales. La sección “Bibliografía” sacaba a la luz las novedades bibliográficas que aparecían.
Finalmente las últimas páginas estaban dedicadas a la reseña de subastas, concursos y otros asuntos oficiales. Pero, sin duda, una de las partes más llamativas de la revista era la de las láminas, que, siguiendo los modelos de las publicaciones de otros países, reproducían imágenes de mecanismos, herramientas, construcciones y puentes o infraestructuras. Se trataba de grabados en xilografía de una bella y cuidada factura, que servían para completar los artículos. A lo largo de su trayectoria la revista dedicó más de cuatrocientos artículos y aproximadamente unas cuarenta láminas a los ferrocarriles. Constituye, por tanto, una fuente para el estudio de la historia ferroviaria, no solo de nuestro país, sino a nivel internacional.