Las catedrales del vapor, así fueron consideradas muchas estaciones ferroviarias del siglo XIX por su belleza arquitectónica. Las estaciones se convirtieron en uno de los principales símbolos iconográficos del ferrocarril y en el siglo XIX se configuraron como espacios para el desarrollo del arte y de la arquitectura moderna que simbolizaban el surgimiento de la nueva sociedad burguesa e industrial.

El libro que destacamos está concebido como una obra de arte que reúne en sus páginas, estaciones, trenes y literatura con un denominador común, su belleza y su riqueza cultural.

El libro está editado por Franco María Ricci un editor de arte, coleccionista y bibliófilo italiano que se definía a sí mismo como un esteta a la antigua usanza, alguien que vive y trabaja por la belleza.  Y esto es lo que nos depara este libro. Empezando por su encuadernación en tela, con un papel interior verjurado y con unas láminas a color que reproducen algunas de las más bellas estaciones del mundo.

Los contenidos están introducidos por un breve trabajo de Jean Dethier, arquitecto y urbanista belga experto en historia de la arquitectura, que traza la importancia de  las estaciones en la arquitectura del siglo XIX.

A continuación se recopilan breves relatos de algunos de las más importantes plumas que han escrito sobre trenes, Dickens, Mann, Stevenson, Kafka y el mexicano Juan José Arreola. Y a continuación se reúne una antología de relatos cortos de autores italianos tan conocidos como Ítalo Calvino, Pier Paolo Pasolini o Antonio Baldini. Todos estos textos se arropan con un tesoro de imágenes, reproducciones de láminas y dibujos realizadas por diferentes autores en el siglo XIX y que muestran edificios y detalles constructivos de varias estaciones.

El libro se completa con una galería fotográfica de la Estación Central de Milán, de los detalles de los coches de Wagons Lits y  del restaurante “Train Bleu”. En definitiva lujos que podemos disfrutar con esta edición numerada, editada en 1985 y difícil de encontrar en librerías.