Page 9 - ¿Sabías que...?
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Eran las cinco y cuarenta y dos minutos de la tarde del 17 de mayo de 1920,
cuando llegaba a la estación de Madrid-Delicias, el tren especial procedente de
Talavera de la Reina en el que se trasladaban los restos mortales del célebre
matador de toros José Gómez Ortega, llamado Gallito III y más tarde también
Joselito.
La tarde anterior, el quinto toro “Bailaor”, de la ganadería de la Viuda de
Ortega, pequeño y burriciego (solo veía de lejos), lo embistió, causándole una
cornada en el vientre que le produjo la muerte. Este legendario torero de tronío
y, para muchos, el matador más completo de la historia de la tauromaquia,
antes de ser enterrado en el cementerio sevillano de San Fernando, recibió una
multitudinaria despedida.
En Madrid, miles de personas esperaban su llegada en la estación de Delicias,
y en las inmediaciones de la calle Arrieta, donde vivía el torero y donde se
instaló una improvisada capilla ardiente. Fue tal el gentío que se congregó, que
hubieron de cortarse los accesos a la estación, y la policía tuvo que cargar
varias veces para evitar avalanchas. Por allí desfilaron, el conde de Heredia
Spinola, que acudió a dar el pésame en nombre del rey, el presidente del
gobierno Eduardo Dato, políticos como Antonio Maura, aristócratas, toreros y
numerosos personajes públicos, como se pudo leer en las crónicas de la
época.
Foto: Revista Nuevo Mundo
Enlace: http://www.museodelferrocarril.org/140Delicias/paneles/panel08.asp
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