Historia del Museo
La creación del Museo del Ferrocarril de Madrid, al igual que en
el resto de Europa, vino marcada por la celebración de los
centenarios de las primeras líneas ferroviarias que se construyeron
en los diferentes estados. En España, sería en 1948 cuando el puerto
de Barcelona acogió una exposición, organizada por RENFE, para
conmemorar los cien años de explotación del Ferrocarril entre
Barcelona y Mataró, primera línea ferroviaria en suelo peninsular.
Esta gran exposición, en la que se mostraban piezas y elementos
históricos al tiempo que se exhibían los últimos avances
tecnológicos, tanto en material rodante, como en infraestructuras,
sirvió para alentar la idea de crear un futuro espacio museístico y
fue, en definitiva, el embrión de lo que sería el actual Museo años
más tarde.
No obstante, la idea, aunque surgió con mucho entusiasmo, no volvió a retomarse hasta 1964, cuando se cumplían los centenarios de algunas de las grandes líneas férreas españolas, como la de Madrid-Zaragoza y Madrid-Irún. Es en estas fechas cuando Renfe retoma de nuevo la creación de un Museo del Ferrocarril, comenzando a estudiar su factibilidad inmediatamente.
Hubo que salvar la dificultad de conseguir un local adecuado, que
reuniera unas condiciones mínimas y se pensó que las instalaciones
capaces de responder a estas exigencias deberían ser las antiguas
estaciones, depósitos de máquinas o talleres que hubieran dejado de
prestar servicio.
En esos años no estaba disponible en Madrid ningún espacio de estas
características, por lo que, como fase inicial, que permitiera
concentrar de nuevo las piezas dispersas desde la exposición de
1948, se creó un Museo de Salón en el Palacio de Fernán Núñez
(actual sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles) y allí
se ubicaron maquetas, grabados y objetos pequeños. El Museo quedó
dividido en cuatro salas y se abrió al público en 1967 como primer
Museo Ferroviario de España, a la espera de que, como escribía su
entonces director Francisco Wais ese mismo año, en el número de mayo
de la revista Vía Libre, “algún día se solemnice la creación de un
gran Museo del Ferrocarril que la Renfe ha tomado de su cuenta”.
El 29 de abril de 1980, Renfe y el Ministerio de Cultura firmaron un
acuerdo por el que este último, tras ser incoado un expediente para
la declaración de Monumento Histórico Artístico a la estación de
Madrid-Delicias, se encargaba de subvencionar las obras de
restauración del edificio, a fin de que fueran instalados los Museos
del Ferrocarril y el Nacional de la Ciencia y la Tecnología.
A partir de esa fecha se fue trasladando a la antigua estación de
Madrid-Delicias todo el material rodante que durante años se había
ido recuperando. En 1982, a través de la circular nº 481 de Renfe,
se crea el órgano rector del Museo, el Consejo del Patronato, que se
encargará de “ofrecer a la colectividad la dimensión histórica de la
realidad ferroviaria, evolución del ferrocarril y del hecho cultural
ferroviario, incidencia social y económica de la relación del hombre
y el transporte a través del tiempo”.
Siguiendo estas directrices, comenzó la actividad del, por entonces
denominado, Museo Nacional Ferroviario, abriéndose al público el 19
de diciembre de 1984. La gestión y custodia de la colección del
Museo sería encomendada a la Fundación de los Ferrocarriles
Españoles, tras su constitución el 20 de febrero de 1985.
El Museo del Ferrocarril de Madrid forma parte de la Red de Museos
de España, estando adscrito al Ministerio de Transportes y Movilidad
Sostenible, desde la publicación del Real Decreto 1305/2009, por el
que se creó dicha Red.