Pieza destacada: Servicios de Baños de Mar en Trenes Especiales
- El transporte por ferrocarril desempeñó un papel fundamental para el desarrollo de los balnearios, tan de moda en los años treinta
En el primer tercio del siglo XX, se produjeron los cambios que harían del turismo de balnearios un fenómeno de moda, que se iría generalizando, sobre todo en el periodo de entreguerras. En este proceso, los transportes desempeñaron un papel fundamental. En el siglo XX, las compañías de ferrocarriles adaptaron sus servicios para la clientela de los balnearios, con productos específicos como aumento de frecuencias, servicios con precios especiales por temporada o servicios de ómnibus y coches desde las estaciones ferroviarias a las termales.
Santander y San Sebastián
En 1929, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte editó con un folleto con sus servicios de trenes especiales a los balnearios del Norte de España. Aunque en el sur peninsular hubo localidades como Sanlúcar de Barrameda, en la costa gaditana, que despertaron el interés de los bañistas, fue en la zona del Cantábrico donde se desarrollaron más los balnearios y baños de mar. La monarquía no fue ajena a este interés y, desde los años treinta del siglo XIX, la Casa Real eligió la zona de Santander y San Sebastián para pasar el veraneo.
Las empresas ferroviarias enfocaron su gestión a la aplicación de mejoras técnicas que, sin duda atrajeron a nuevos clientes con la disminución de los tiempos de viaje o la consecución de mayor confort en los desplazamientos. Pero en este caso, fue la política tarifaria la que benefició a los viajeros del tren, con servicios y billetes de tarifa reducida.