Colección de trenes en miniatura “Luis Santiago Aguado Giralda”

En 1972, la firma alemana Märklin presentó en la Feria del Juguete de Núremberg una nueva escala de trenes en miniatura: la escala 1:220, conocida como `mini club´. Al ser la escala más pequeña existente hasta entonces para trenes eléctricos producidos en serie, fue denominada escala Z, en referencia a la última letra del abecedario.

Märklín creó su diminuto ferrocarril en respuesta al auge de la escala N (1:160), fabricada por sus competidores y que reducía notablemente el espacio necesario para construir una maqueta, ya que requería solo una cuarta parte que la escala H0 (1:87). La Z hizo furor en todo el mundo, especialmente entre los aficionados más sensibles a los avances tecnológicos. La reducción de un tren 220 veces su tamaño real, que funcionaba eléctricamente e incluso iba equipado con luces, era una verdadera proeza, digna de los ingenieros más audaces en aquellos tiempos, cuando muchas televisiones aún eran en blanco y negro y la música se escuchaba con discos de vinilo.

Luis Santiago Aguado Giralda nació el 2 de abril de 1932 en Viedma, una ciudad del norte de la Patagonia argentina. Era hijo de españoles que trabajaban para la empresa británica encargada del Ferrocarril del Sud, que unía Buenos Aires con Puerto Deseado, cerca del canal de Magallanes. Economista de formación, inició su trayectoria en la industria discográfica en la década de 1960, trabajando primero en CBS y más tarde en EMI Music, donde, tras recorrer varios países como enviado especial e interventor, llegó a ocupar el cargo de Director General en España, antes de retirarse en 1986.

Entusiasta de todo lo relacionado con la actividad ferroviaria desde su infancia patagónica, reunió más de un centenar de trenes eléctricos de la escala Z de Märklín, para los que diseñó y construyó una importante maqueta donde hacerlos funcionar y que fue enriqueciendo siempre que pudo. Entre las piezas más destacadas se encuentra la composición completa del tren del rey Luis II de Baviera `el rey loco´.

A partir del año 2000, por problemas de salud, debió apartarse de esta actividad que con tanta satisfacción había disfrutado durante tantos años. Falleció en Madrid el 15 de julio de 2003. Más de dos décadas después, su esposa Mabel Leticia Rodríguez García ha donado su legado ferroviario al Museo del Ferrocarril de Madrid. La colección completa se expone en la nueva sala de Juguetes y Modelismo, inaugurada el pasado 19 de diciembre con motivo del 40 aniversario del Museo. Azares del destino, en esa misma fecha se hubieran cumplido 62 años del matrimonio entre Luis y Mabel.

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