TRENES: agua, papel, color
El Museo del Ferrocarril de Madrid ha acogido en la Sala de Exposiciones "Coche 3000", esta exposición de doce esculturas que muestran las posibilidades que ofrece el llamado "ready - made", "objet trouvé" o arte encontrado que descubre el poder de la transformación y la metamorfosis en su máxima expresión. El impulso lúdico del autor facilita el encuentro de piezas y formas que dan sentido a la escultura final, consiguiendo valores visuales inéditos que carecían en origen.
El ensamblaje o "assemblage" de elementos utilizados en la industria ferroviaria, como estrategia fundamental del proceso creativo, da como resultado distintas formas y estilos, desde el más figurativo hasta el más abstracto.
La escultura se utiliza como un instrumento para reproducir los sueños e imágenes del subconsciente en el que cada hierro está vivo, y mediante un audaz proceso de metamorfosis intelectual en la mente del autor, se convierten en verdaderas obras de arte. Un juego de niños practicado por un adulto atraído por el poder seductor de la imaginación y que hace que simple chatarra ferroviaria adquiera vida.
Esa es la energía creativa que preside la exposición, en la que se puede percibir la superposición de los dos instantes de la transformación y en la que se reconoce la pieza ferroviaria en origen y la obra de arte final.
Alberto Fuentes (Ávila, 1953)
Alberto Fuentes Fuentes nació en la localidad abulense de La Adrada en 1953. Su adolescencia y juventud transcurrieron con numerosos cambios de domicilio, incluso, durante unos años, fijó su domicilio en el barrio de Arganzuela, muy cerca de la estación de Delicias que ahora acoge su exposición.
Trabajó durante más de treinta años en el sector bancario, pero en 2003 tras jubilarse decidió dedicar gran parte de su tiempo a su pasión por dibujar, viajar, pasear?
Fue a partir de entonces cuando se inscribió en la madrileña Casa de la Cultura de Hortaleza para tomar clase de pintura, iniciándose con el acrílico sobre papel, probando con el óleo; pero sintiéndose finalmente atraído por la acuarela, en la que descubre una técnica caprichosa sobre la cual perfecciona sus habilidades.
Bajo la mirada atenta de artistas como Francisco Castro, Manolo Jiménez, Juan Ramón Ávalos, Miguel Arriero o Cristóbal Pérez García ha desarrollado la práctica, destreza y habilidad artística en la pintura. Se considera discípulo y admirador del acuarelista Pablo Rubén López Sanz de quién ha aprendido las cualidades de esta técnica en la que plasma una variada temática, además de la ferroviaria, explorando con paisajes y escenas, retratos o meros objetos.