El MUNCYT de La Coruña presenta el Ómnibus del Museo, un carruaje de 1861
- El Museo del Ferrocarril de Madrid ha cedido temporalmente la pieza, que permanecerá en sede coruñesa del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología durante un año
El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT) de La Coruña presentó el 3 de febrero el “Ómnibus”, una pieza cedida temporalmente por el Museo de Ferrocarril de Madrid y que formará parte del espacio denominado “Escaparate de Museos” durante un año. A la presentación acudió la directora del MUNCYT, Marián del Egido y el director del Museo del Ferrocarril, Carlos Abellán.
En “Escaparate de Museos”, el MUNCYT ofrece una panorámica de otro museo mediante un video de presentación de ese centro, imágenes y una pieza significativa de su colección con un fondo gráfico que lo contextualiza. Este escaparate se renueva cada año. Hasta la fecha lo han ocupado piezas como el “Citröen 5CV” (1922), cedido por el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca, y la “Computadora de desguace sensible al tacto humano”, escultura creada por Luis García Núñez (Lugán) en 1969 y prestada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Para trasladar viajeros a las estaciones
El Ómnibus es un carruaje que se utilizaba para trasladar a los viajeros desde los centros urbanos hasta la estación de ferrocarril. El vehículo de tracción animal posee cuatro ruedas, un solo compartimento y capacidad para diez personas. Fue construido por Bernardo Rodríguez Rollán en 1861.
En 1819, Jacques Lafitte reintrodujo en la capital francesa este tipo de transporte, pero no fue hasta 1828 cuando el vocablo “ómnibus” (del latín omnĭbus, “para todos”) se asoció oficialmente a este vehículo. Se cuenta que tal denominación se debe a que el servicio de carruajes introducido en Nantes en 1826 por Stanislas Baudry tenía su parada principal junto a una sombrerería, en la que se podía leer el cartel: “Omnes Omnibus”. Supuestamente, los empleados adoptaron la costumbre de decir “Voy al Omnibus”, y el término acabó arraigando. Independientemente del origen del término, Stanislas Baudry lo oficializó cuando creó, en 1828, su Entreprise Générale de l´Omnibus. En 1829, George Shillibeer estableció en Londres un servicio de carruajes tirado por caballos, que está considerado como el primer ómnibus moderno, predecesor de los actuales tranvías y autobuses.