El 29 de octubre, durante la jornada de puertas abiertas organizada por el Museo del Ferrocarril de Madrid para celebrar el Día del Tren, se presentó en el Salón de actos el último libro del ensayista Angel Maestro, Hitos del vapor. La evolución de la locomotora de vapor. Mientras, en las vías exteriores, una locomotora de vapor alimentada con carbón echaba humo sin parar y más tarde se ponía en marcha para remolcar el tren a Villaverde que había organizado el Museo del Ferrocarril con la colaboración del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español (CEHFE).

De conducir el acto de presentación se encargó el presidente de la Federación de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril, Carlos Abellán, que contó con la participación del director del Museo, Miguel Muñoz Rubio, y del editor de la obra, Agustín Revuelta.

Abellán destacó la importancia que tienen para los aficionados al ferrocarril investigaciones como las de Maestro, a quien agradeció su trabajo y animó a seguir en ello. Revuelta subrayó la relevancia para su empresa de las publicaciones ferroviarias, que parecen estar sorteando la crisis con mejor salud que otros temas. Ratificó su empeño por seguir trabajando en esta línea, aunque recordó, eso sí, la necesidad de que sus proyectos tengan buena acogida para poder mantener sus inversiones. Muñoz expuso su satisfacción por el hecho de que la presentación se realizase en el Museo, ya que considera que éste es el lugar en el que se deben difundir estos eventos. A continuación disertó sobre el contenido de la obra. Destacó que el libro está suficientemente justificado ya sólo por el mero hecho de analizar ordenadamente la evolución tecnológica de la máquina de vapor, pues, tras diferentes publicaciones sectoriales, era necesario contar con una visión de conjunto. Para Muñoz –especialista acreditado en la historia tecnológica del ferrocarril–, Maestro ha acertado al elegir como hilo narrativo del libro la evolución productiva de la locomotora de vapor, es decir, el autor sólo considera aquellas innovaciones que permitieron que las locomotoras fuesen capaces de desplazar más pasajeros o mercancías en menor tiempo. En efecto, para Muñoz la principal contribución del ferrocarril consistió en crear un sistema de transporte capaz de permitir la generación y sostenimiento del crecimiento económico en el tiempo. En una segunda línea de reflexión, destacó el hecho de que las principales innovaciones que incorporó la locomotora de vapor fuesen pocas y llegasen relativamente pronto. El vapor recalentado, la doble expansión o el doble escape se lograron con cierta rapidez y fueron las principales aportaciones de esta tecnología decimonónica. El director del Museo subrayó, asimismo, que en este caso se dieron también las mismas circunstancias que en otras tecnologías, a saber, las disputas entre modelos alternativos o la rápida globalización de los procesos técnicos. Para Muñoz, el libro de Maestro cobra su principal validez por las dudas que suscita en los paradigmas existentes. En concreto, destacó cómo la obra demuestra que la locomotora de vapor mantiene vigentes, durante más de un siglo y medio, las técnicas y tecnologías surgidas en la propia Revolución Industrial inglesa. Excepción hecha de las aleaciones de metal con que se fabricaron las locomotoras, su mecánica evolucionó al margen de las revoluciones tecnológicas que se produjeron desde el último tercio del siglo XIX. Por ello, se deberían reconsiderar algunos de los planteamientos existentes. En definitiva, el director del Museo ratificó que la obra de Maestro representa una destacada aportación, y la recomendó sin ningún tipo de duda.

El autor agradeció los elogios recibidos y, en una larga pero equilibrada disertación, explicó, haciendo gala de una evidente erudición, los principales hitos tecnológicos que fue recibiendo la locomotora de vapor. Su vasto conocimiento le permitió explicar con detalle las innovaciones y sus consecuencias, no sólo en los casos más conocidos, sino también en los casos de países menos punteros. Y todo ello a lo largo de más de 150 años.

Ángel Maestro terminó explicando que la sustitución del vapor por la tracción diésel no se debió a cuestiones tecnológicas. De hecho, cuando ésta comenzó a producirse, la locomotora de vapor estaba ensayando o incorporando nuevos sistemas. Ello deja la duda de hasta dónde podría haber llegado. Para el autor, “muy lejos”, llegando incluso a conjeturar con la posibilidad de que todavía en nuestros días pudiera resultar útil en algunos casos.