Los visitantes del Museo del Ferrocarril de Madrid ya pueden llevarse de recuerdo una o varias monedas elongadas (alargadas) con tres motivos diferentes: la artística fachada de la antigua estación de Delicias, sede del Museo; la locomotora de vapor 111, construida en 1864 con un atractivo diseño en el que se reconoce la influencia de la Rocket de Stephenson, con su gran rueda motriz central, su elevada chimenea y el pequeño ténder anexo; y la locomotora eléctrica 6101, de 1924, de diseño norteamericano, que circuló por la rampa de Pajares en los inicios de la electrificación ferroviaria.

Una moneda de cinco céntimos queda convertida en un bonito recuerdo de la visita al Museo de un modo muy sencillo: la moneda introducida pasa entre dos rodillos, que tienen grabado un motivo para reacuñar una de las dos caras, de forma que la presión aplasta la moneda y la aplana, reduciendo su grosor, troquelando en ella el grabado y dándole una forma ovalada. El proceso es manual, pues es el propio usuario quien acciona el mecanismo, haciendo girar una manivela (y ejerciendo por tanto la presión necesaria), lo que le añade un atractivo adicional. El mecanismo está protegido por una urna de polipropileno transparente, que permite ver en todo momento al usuario cómo está realizando él mismo su moneda souvenir.

El resultado es un objeto pequeño, fácil de guardar y coleccionar, y muy vistoso, con el valor sentimental de servir de recuerdo de la estancia en el Museo. Un souvenir bonito y original, que además lleva grabada la dirección web www.museodelferrocarril.org.

La máquina ha sido diseñada e instalada por  Leisure Works S.L. (http://www.maquinasmonedasouvenir.com), una empresa especializada en ese campo, que la ha “tematizado” perfectamente para que se integre en Delicias.