El sábado 21 de abril la unidad eléctrica 440-096 salió temprano de la estación de Príncipe Pío para recorrer la distancia entre Madrid y Segovia en el viaje piloto del tren turístico “Río Eresma”. Este proyecto constituye una iniciativa de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid (AAFM) que cuenta con el respaldo del Museo del Ferrocarril de Madrid.  Un recorrido de 101 kilómetros durante el que se puede disfrutar de paisajes de particular belleza, como la Sierra de Guadarrama o las dehesas segovianas, antes de llegar a Segovia, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.

A la llegada del automotor a la estación segoviana tuvo lugar la rueda de prensa de presentación en uno de los coches R12 de la colección del Museo, que había viajado remolcado por la 269-604 junto con otro coche restaurante de la misma subserie y el furgón DD-8150. Intervinieron la concejala de Turismo y Patrimonio de Segovia, Claudia de Santos, el presidente y el vicepresidente de la AAFM, Jesús Vigil y Antonio G. Vázquez, y el director del Museo del Ferrocarril de Madrid, Miguel Muñoz.

Por parte de la AAFM, Jesús Vigil señaló que la elección de Segovia como destino para este primer viaje se debe a que siempre que la asociación que preside ha recibido un vehículo en cesión, el primer viaje realizado con él ha sido a Segovia. De hecho, al final de la rueda de prensa firmó, con Miguel Muñoz, el Anexo III del convenio marco de colaboración rubricado ya en noviembre entre las dos instituciones, en el que se recogen las condiciones de conservación y explotación de la unidad 440-096. Indicó también que la manera idónea de conservar los vehículos históricos es mantenerlos en movimiento y, en este sentido, la organización de un tren turístico con material histórico es la alternativa idónea, pues también permite a los ciudadanos disfrutar de este patrimonio, y también el nombre de “Río Eresma” tiene tintes históricos, pues procede de un tren regional anterior. Subrayó que su asociación está abierta a todas las propuestas de las corporaciones locales que enriquezcan este proyecto. El vicepresidente, Antonio Vázquez, insistió en que las instituciones segovianas son las que deben decidir qué es lo más atractivo de visitar en Segovia para ofertarlo como complemento del viaje en tren histórico. Remarcó que su intención es implantar este tren a partir de otoño de 2012 y realizar entre cuatro y seis viajes. Se podrían planificar , además, paradas intermedias, aunque esto está en función de Adif y de la acogida que le dispensen los ayuntamientos de los municipios por los que pasa la línea. Informó de que en este viaje piloto la 440 había ido llena (165 viajeros) y que se podrían estudiar alternativas para organizar viajes en otra unidad que la asociación tiene cedida desde 1996, la 435-005 (la “Suiza”), e incrementar la oferta de plazas.

La concejala segoviana, Claudia de Santos, declaró estar “emocionada” con el proyecto y afirmó que se trata de un producto estupendo que ayuda a conservar el Patrimonio dándole uso (y no se refería sólo al tren, sino también a la estación de la localidad). Expresó su apoyo incondicional a la iniciativa y aseguró que ya se han hecho algunos contactos para diseñar el paquete turístico que podría ofertarse junto al viaje en tren.

Miguel Muñoz recalcó el apoyo del Museo que dirige a la AAFM e hizo hincapié en que ha sido el trabajo de la AAFM lo que ha hecho posible este viaje piloto: su esfuerzo y su conocimiento permiten mantener los vehículos y cubren importantes carencias existentes en materia de mantenimiento de vehículos históricos. Afirmó que la experiencia podía funcionar tan bien como el Tren de la Fresa, con la diferencia de que en este caso va a estar protagonizada exclusivamente por la AAFM. En su opinión, cuantos más trenes históricos se realicen, más se “ayudan” entre sí y mejor funcionan, y recalcó que mantener los vehículos históricos en movimiento es el mejor modo de conservarlos, además de ponerlos al servicio de los ciudadanos.

Esta nueva iniciativa aúna turismo, ocio y cultura. La abrumadora oferta patrimonial y gastronómica de la ciudad castellana es el destino de un viaje en el que uno puede arrellanarse en los cómodos asientos de eskay de la 440 y admirar, sin demasiadas prisas ni largos túneles, un atractivo paisaje a través de la ventanilla abierta. Con tan buenos ingredientes, es difícil que el plato resulte soso.