Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator Paseo literario por el Museo del Ferrocarril

Paseo literario: La Capitana Cook

Paz en la guerra (Miguel de Unamuno)
 

Fragmentos seleccionados:


“Sobre una de las puertas de la fachada de la estación, había un letrero que decía:- Telégrafo- y desde afuera se oía el timbre metálico que vibraba y repercutía sobre su propio son, como los atacados del baile de San Vito. Desde allí se hablaba a todas partes, y ella ¡inocente! no había caído en que desde allí podía hablar a su esposo.

Penetró, pues en la oficina, radiante de felicidad y dijo al telegrafista que manipulaba el aparato:

-Perdone usted, caballero, si le interrumpo…
El telegrafista no se dio por interrumpido, ni menos excuso el perdón. Agarrado a la manivela de un instrumento especie de moledor de café, iba dando golpecitos poco a poco, como si desmenuzase letras en vez de granos. Mucho tiempo paso en esta monótona y abstraída tarea, hasta que, desperezándose con cierto abandono, se volvió a Doña María, diciéndola:
-¿Qué viene usted a hacer aquí señora?
-¿No es este el telégrafo?
-Este es el telégrafo
-Pues bien vengo a poner un parte
-¿Para dónde?
-Para Madrid
-Y ¿qué quiere usted decir en ese parte?
-Aviso a mi marido que no tenga cuidado
-Sin cuidado vivirá el, señora
-A pesar de todo…(balbuceó doña María algo cortada, yo quisiera decírselo
-Pues, señora, pierde usted el tiempo. Este telégrafo no es de particulares; es de la empresa. Aquí no se habla nunca con el marido de nadie."


José de Castro y Serrano:


C

astro y Serrano, José de. Granada, 1829 – Madrid, 1.II.1896. Académico de la Real Academia Española y periodista.

José de Castro y Serrano nació en Granada en 1829. A pesar de su temprana vocación literaria, estudió Medicina en su ciudad natal, si bien nunca ejerció aquella profesión. A comienzos de la década de 1850 formó parte —junto a otros escritores, como Pedro Antonio de Alarcón o Manuel del Palacio— de la famosa Cuerda granadina, sociedad literaria integrada por jóvenes de ideas liberales. A este período corresponde su primera obra, Animales célebres de todos los tiempos y de todos los países (1852).

Antes de cumplir los treinta años, en 1856, se trasladó a Madrid, donde se entregó, desde un primer momento, al periodismo. En estrecha relación con su actividad profesional, de hecho, surgieron muchas de sus obras, que constituyen una verdadera crónica de los acontecimientos más señalados de su tiempo.

Entre ellas, España en Londres: Correspondencias sobre la Exposición Universal de 1862 (1863) —donde fue enviado por el gobierno español—, La novela del Egipto: viaje imaginario á la apertura del Canal de Suez [...] (1870) o La Capitana Cook: Estudio de viajes (1871). Como experimentado espectador, estuvo también presente en las exposiciones universales de París (1868) y Viena (1873), de las que dio testimonio por escrito a sus contemporáneos.

Al margen de estas obras —surgidas al calor del periodismo— escribió, en varias series, una nutrida colección de Cartas trascendentales que alcanzaron notable repercusión en la década de 1860. De gran valor para los estudiosos de la cultura decimonónica son también sus Cuadros contemporáneos (1871), donde plasmó su particular visión de la Cuerda granadina.

Por último, merecen ser recordadas sus Historias vulgares (1887), que representan un gracioso elenco de estampas de la época dibujadas en clave costumbrista.

Como reconocimiento a su dilatada trayectoria periodística y literaria, José de Castro fue admitido en la Real Academia Española, a la que se incorporó para cubrir la vacante dejada por Canalejas Casas en el sillón k. Su discurso de ingreso, De la amenidad y galanura en los escritos como elemento de belleza y de arte, fue leído el 8 de diciembre de 1889. Le respondió en aquel solemne acto Enrique Ramírez de Saavedra, duque de Rivas.

El 4 de junio de 1894 fue elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, por la sección de música, en la vacante dejada por Emilio Arrieta. Falleció siendo electo de esta Academia, el 1 de febrero de 1896..

Más información en:

Real Academia Española
Sabor de España
Biblioteca Virtual de Andalucía


Pieza de la colección del Museo:


El periodista, José Castro y Serrano hizo alarde de su profesión y además de las crónicas que escribía para la prensa del momento, tomó diversos acontecimientos contemporáneos como argumento para algunas de sus novelas. En La Capitana Cook el ferrocarril de Madrid a Aranjuez, inaugurado en 1851, es la excusa para contar las anécdotas familiares y las experiencias de un viaje en tren hasta Pinto.

La novela se hace eco del impacto que los primeros ferrocarriles tuvieron en la sociedad española y nos revela algunas de las reacciones que produjo en la época. Una de ellas nos relata el encuentro de una de las protagonistas con el telégrafo.

El sistema de comunicaciones es un elemento esencial en la explotación del ferrocarril ya que hace posible la regulación y ordenación del tráfico. El primer sistema utilizado en la historia del ferrocarril fue el telégrafo eléctrico, sistema Bréguet que forma parte de la colección del Museo del Ferrocarril.

Telégrafo eléctrico, sistema Bréguet


Retrato de José de Castro y Serrano
Fin del paseo